Con la consigna de atacar a como dé lugar a la oposición, la fracción de Morena exigió la aprobación de un punto de acuerdo leído por su diputada Marcela Fuente, mediante el que pidió citar a la alcaldesa de Álvaro Obregón, para que aclare varias anomalías.
La diputada morenista dio a conocer una serie de resoluciones de la Contraloría General de la CDMX, que señalan malos manejos en la contratación de empresas y ejecución de obras en esa alcaldía.
Mientras Fuente argumentaba, la fracción panista parecía muy divertida y dispuesta a aprobar la petición de Morena, lo cual parecía muy raro, toda vez que la alcaldesa en Álvaro Obregón es Lía Limón, una de sus precandidatas al gobierno local.
El motivo de las sonrisas en la bancada de los suspiritos azules era que, mientras más hablaba la diputada de Morena, más se clavaba en un error no de primaria, sino de maternal, pues las denuncias a que se refería correspondían a 2019.
La pequeña diferencia es que en esa época la alcaldesa en Álvaro Obregón era ¡Layda Sansores, hoy gobernadora morenista en Campeche!
La oposición en conjunto, especialmente el PAN, gritaron con júbilo que apoyarían la propuesta de Morena para que Layda entregue cuentas, lo cual puso los pelos de punta a la bancada guinda, que no daba crédito a semejante error de su compañera.
Lejos de reconocer que se habían equivocado, propusieron modificar el punto de acuerdo original, para que fuera Lía Limón la que compareciera, pero sólo se enredaron más.
No fue la única pifia, pues al desahogar un punto —que habían estado administrando desde el año pasado— para llamar al alcalde de Benito Juárez, que según una nota de La Jornada está relacionado con malos manejos, Morena volvió a patinar.
Querían poner en el estrado a Santiago Taboada que, junto con Lía son las máximas cartas del panismo para la capital en 2024, lo cual volvió a generar sonrisas en la bancada albiazul.
Los morenistas fueron exhibidos de nuevo, pues la nota periodística presentada como prueba de presuntos malos manejos, que llevó a tribuna el diputado Carlos Cervantes Godoy, se refería al municipio de Benito Juárez…, ¡en Cancún!
Los morenos se convirtieron en la burla de la sesión, pues quedó evidenciado que no aprobarían un simple examen de lectura de comprensión.
Y una vez más, en lugar de aceptar que se habían equivocado, se subieron a tribuna para hablar de Genaro García Luna, y que de todos modos había que exigirle cuentas a Taboada.
El diputado Cervantes, sobrino de Ernestina Godoy, se refugió al lado de su coordinadora Martha Ávila, desde donde maldecía en voz baja a los panistas que lo habían exhibido como un ignorante.
Otra que hablaba entre dientes era la diputada Valentina Batres, que siempre parece hablar sola y que, cuando sube a la tribuna, se dirige sólo a sus compañeros, como buscando su aprobación.
Habría sido más fácil y menos costoso para Morena darle fast-track al tema, para que quedara en anécdota, y no en una exhibida del tamaño de Donceles.
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