Martín Aguilar
Todos los seres humanos tenemos derecho a poder adoptar a niños y niños, hasta de la comunidad LGBTTIQ+ sin que haya discriminación ni odio y sin distinción de personas.
En el programa Del Pasado al Futuro, conducido por Rosalía Buaun y Tony Mancuso acompañados por el director editorial de las revistas Cúspide y Liberal Metropolitano, Lino Calderón acompañados de la Diputada de Morena transgénero Salma Luévano Luna Morena y de marcela Jiménez Sánchez hija de Armando Ramírez
Luévano Luna, dijo que presentó una iniciativa de reforma a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público para castigar que religiosos inciten al odio en contra de la comunidad LGBTTIQ+;
La legisladora expresó que México se caracteriza por ser un país conservador, pero también respetuoso de las creencias religiosas, en el que existe libertad de culto sin temor a represalias; sin embargo, afirmó que una gran cantidad de líderes religiosos se han opuesto a sus derechos fundamentales, categorizando a la población LGBTQ+ como un lastre social y pecador, y contra el que han incitado al linchamiento bajo el argumento de una falsa libertad de expresión que debe de tener límites.
A lo anterior, la morenista presentó una iniciativa de reforma a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público para castigar que religiosos inciten al odio en contra de la comunidad LGBTTIQ+. También explicó que los mensajes religiosos con connotaciones de odio que representan un ultraje a la dignidad humana, toda vez que incitan a la violencia y a la discriminación sistemática.
Informó que el 28 de junio de 2020 la Federación Mexicana de Organismos Públicos de Derechos Humanos, en pronunciamiento público, señaló que los mensajes religiosos con connotaciones de odio representan un ultraje a la dignidad humana, toda vez que incitan a la violencia y a la discriminación sistemática.
En ese sentido, puntualizó que también se busca considerar a estas expresiones como infracciones a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, cuando ocurren en el ejercicio de las actividades de estas organizaciones y en medios de comunicación. Y es que dijo, en México son cada vez más comunes las declaraciones contra la población de la diversidad, particularmente por personas religiosos, sin que ello tenga consecuencia penal ni administrativa.
Recordó que, en su momento, el obispo de Aguascalientes declaró que los legisladores católicos tienen el deber moral de votar en contra de los proyectos sobre uniones homosexuales, porque este tipo de uniones afectan el bien común, y que las preferencias de las comunidades homosexuales son una enfermedad como la sífilis y la gonorrea.
Jiménez Sánchez explicó que su padre (Armando Ramírez) fue considerado un autodidacta, pues sólo cursó hasta el nivel de bachillerato en la Vocacional 7 del Instituto Politécnico Nacional (IPN), pero su "prosa desfachatada y con errores ortográficos intencionalmente marcados, le valió ser discriminado por algunos personajes del ámbito intelectual luego del éxito de su primera novela "Chin Chin el teporocho" (1971)".
Publicó más de 20 obras literarias entre cuentos, novelas y crónicas. Algunas de ellas como Ratero (1978), El rey de los taxistas (1987), Me llaman la Chata Aguayo (1987, con la que obtuvo el Premio Cabeza de Palenque por el guión cinematográfico de su novela) fueron llevadas al cine.
Además, fue uno de los fundadores, junto con Daniel Manrique, Julián Ceballos Casco, Virgilio Carrillo y Felipe Ehrenberg del colectivo Tepito Arte Acá.
Agregó que su legado literario constituyó un parteaguas en la crónica-novela de los años setenta; algunos consideran que fue un discípulo de la "Literatura de la onda"también impulsó particularmente la creatividad del barrio bravo de Tepito: "Nos hizo ver que ahí donde todos observaban un barrio sórdido, él veía varias escenas dignas de narrarse", señaló Jiménez Sánchez.
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