Los preservadores de la cultura prehispánica son encasillados como gente de entrenamiento, pero sin patrimonio de nuestras raíces

Martín Aguilar

La preservación de la identidad cultural e histórica es un derecho.

 

Entre el humo del copal, el sonido profundo del tambor y los movimientos cargados de simbolismo es fácil transportarse en el tiempo a la gloriosa época prehispánica, cuyo legado sobrevive gracias a mexicanos apasionados que no cesan de danzar no sólo en el centro de la Ciudad de México sino en todos los rincones de este país.

 

"Sin duda, la danza representa lo que nuestros antepasados entendían de su realidad, sus grandes saberes y su propia cosmovisión, con principios matemáticos, físicos, astronómicos, agrícolas, sus estructuras jerárquicas, acontecimientos históricos, guerras, expresiones artísticas, sus técnicas de caza y pesca, así como ceremonias, casamientos, nacimientos, rituales funerarios, saberes que siguen vivos gracias a estas ceremonias sociales, representados por movimientos corporales hoy en día".

 

Lo anterior fue señalado por la Diputada, Silvia Sánchez Barrios quien agregó "por desgracia a estos preservadores de la cultura prehispánica; la sociedad, las autoridades los encasillan como meros actores para el turismo nacional e internacional, así como de entretenimiento y no como patrimonio de todos".

 

Asimismo, agregó "por lo que decidí presentar esta Iniciativa con Proyecto de Decreto, por el que se reforma el numeral 1 y se agrega un inciso c al numeral 2 del artículo 58,  de la Constitución Política de la Ciudad de México, en materia de reconocimiento de la preservación de la herencia prehispánica".

 

Y definió "los protectores y promotores de la herencia prehispánica son aquellas personas que realizan actividades de preservación sobre actividades culturales o sociales en el espacio público relacionadas directamente con deporte, danza, música, medicina tradicional y poesía prehispánicas que no necesariamente siguen siendo desarrolladas por los pueblos y barrios originarios, ni por las comunidades indígenas residentes.

 

En otras palabras, señaló que  no se pueden  invisibilizar que existen ciudadanos no reconocidos, "que siguen preservando la herencia prehispánica de esta capital, no constando solo de una danza sino de toda la cosmovisión, la relación con la naturaleza, sus rutinas y sus vidas diarias, algo que permite entender también la historia de esta ciudad y reconocer la identidad que tenemos como herencia prehispánica.

 

Por lo que agregó "es el papel de nosotros como representantes populares de esta II Legislatura del Congreso de la Ciudad de México, promover el rescate de la identidad, pero también robustecer el marco que reconoce a un sector que ha sido dejado de lado por no pertenecer al sector de los pueblos originarios, pero que sigue preservando la herencia ancestral de todos.

 

Es importante señalar que actualmente, se conocen alrededor de 100 danzas diferentes que son practicadas por los grupos de concheros de la CDMX y otras ciudades del centro de México. De esas danzas, cerca del 40 por ciento datan de hace más de 500 años y fueron conservadas por grupos de concheros.

 

En términos generales, señaló la representante popular las danzas honran a los dioses y pretenden generar una conexión con el cosmos mediante una especie de meditación en movimiento. Hay danzas especialmente dedicadas a Huitzilopochtli, Quetzalcóatl, Tláloc y Tezcatlipoca, entre otros dioses.

 

Por lo que, dijo, "la herencia prehispánica es una de las partes fundamentales de la identidad que tenemos como mexicanos y como ciudad. Gracias a la lucha de los pueblos originarios y a la conciencia histórica de esta Ciudad, hemos pasado de desconocer la herencia y a los pueblos originarios a saber de su existencia, promoviendo su rescate y revalorización".

 

Reconoció que sigue faltando muchísimo trabajo en favor de la herencia de todos y la revalorización de la riqueza que tiene la época prehispánica.

 

"Por lo cual, por medio de esta Iniciativa, comentó, incluimos su trabajo diario, cultural e histórico por preservar la historia, reconociendo que independientemente de si son o no indígenas, su tarea es reconocida y apreciada, y aplaudida, que a pesar de los años, y los cambios sociales, estamos orgullosos de las realidades que nos dieron vida.

 

La preservación de la identidad cultural e histórica es un derecho, y que estos ciudadanos no pertenecientes a comunidades indígenas la realicen, hace necesario ser reconocida en la propia Constitución de la Ciudad de México.

 

Finalmente, dijo "pues con esto no sólo reconocemos su trabajo, sino que blindamos su trabajo no solo como atractivo turístico, sino como expresión social y cultural, herencia de la época prehispánica". 


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