Rebeca Marín
Para Gerónimo Gutiérrez, ex subsecretario para América del Norte y exembajador de México en Estados Unidos, la creación de la Alianza para la Prosperidad de los Pueblos de las Américas, que el presidente Andrés Manuel López Obrador propondrá en la Décima Cumbre de Líderes de América del Norte a su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden y al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, es poco viable pues en el hemisferio prevalecen visiones muy distintas de lo que implica una integración económica y comercial.
Gutiérrez, quien como subsecretario para América del Norte coordinó la primera reunión trilateral, celebrada en el año 2005, consideró que la intención del mandatario mexicano para unir económicamente al continente es buena, pero casi imposible de lograr.
Creo que es extremadamente difícil tener éxito en un planteamiento así, porque las visiones respecto a la integración y en desarrollo son muy disímiles en todo el hemisferio y esto ha hecho fracasar cualquier intento al respecto
El problema no es plantear el proyecto durante la Cumbre, sino que se haga desde una visión poco realista.
Es un error hablar de integración "con respeto a soberanías", cuando cualquier proceso en ese sentido conlleva por sí mismo, la cesión de soberanía. Entonces parece que el presidente López Obrador no entiende cómo funcionan los procesos de integración que han prosperado en el mundo, como el de la Unión Europea.
El objetivo central de la Alianza, según ha dicho el canciller Marcelo Ebrard, es lograr una distribución más igualitaria de los recursos, a partir del fortalecimiento de las relaciones comerciales en el continente, pero ¿cómo se encuentra el continente en este momento?
Existen dificultades importantes en la región que harían fracasar este proyecto.
La primera, que tiene que ver con la falta de una visión compartida del tipo de desarrollo e integración comercial; la segunda, relacionada con los complicados procesos políticos por los que atraviesan algunas naciones en el hemisferio como en el caso de Perú, sin tomar en cuenta las diferencias ideológicas que mantienen dividido al continente entre el bloque liderado por Estados Unidos y el que encabezan Venezuela, Cuba y Nicaragua.
No, ha habido otros más. El último intento para lograr una zona de libre comercio en el continente, que fue el Área de Libre Comercio de las Américas, conocida como ALCA, murió en el año 2000, precisamente porque no hubo consenso sobre el tipo de integración económica y esas condiciones siguen muy presentes en el hemisferio.
El ALCA, firmado en 1994 por todos los países del continente, excepto Cuba, pretendió incorporar a la negociación la inversión en bienes y servicios siguiendo reglas comerciales definidas y transparentes; compras del sector público y políticas de competencia; y sentar las bases para la inclusión de temas tales como la agricultura y acceso a mercados, servicios e inversión, políticas de competencia y subsidios, procedimientos antidumping y derechos compensatorios, pero en el año 2000 se dio por terminada cualquier negociación al respecto.
Si pensamos que normalmente esta integración se va haciendo en bloques, el bloque América del Norte, el bloque Mercosur, el bloque Alianza del Pacífico que precisamente está en riesgo en este momento, una integración económica hemisférica, sin duda implicaría mucho tiempo y mucho trabajo por hacer.
No, siempre está bien hacer el intento y para eso se llevan a cabo las cumbres, para intercambiar ideas, propuestas, pero insisto, el problema es cómo se plantee, con qué estrategia y sobre todo que sea una propuesta realista, tomando en cuenta las experiencias anteriores, lo que ha fallado, pero esperemos a ver la manera en que se presenta, y sobre todo, cómo reciben la propuesta Estados Unidos y Canadá, quien según entiendo, serían protagonistas de este nuevo intento.
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