La Barriada/Martín Aguilar/Todo llega a su fin

Luego de estar en dos administraciones de izquierda, uno con Miguel Ángel Mancera y otro con Claudia Sheinbaum y con el fin de apoyar otro proyecto político dentro de la 4T, Antonio Hazael Ruiz Ortega, decidió abandonar el gobierno de Sheinbaum para irse a trabajar de nuevo bajo las órdenes de la hoy secretaria federal de Seguridad, Rosa Ícela Rodríguez.

Tras ocho años al frente de los reclusorios capitalinos, Ruiz Ortega dejará el cargo el próximo lunes para integrarse al gobierno federal.

 

El aún subsecretario del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México se irá con quien fuera su jefa durante los primeros meses de la administración de Sheinbaum en la capital.

 

Aunque voluntaria, la salida de Ortega Ruiz se da apenas unos meses después de que el control penitenciario de la CDMX, que dependía directamente de la Secretaría de Gobierno, pasará a manos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, a cargo de Omar García Harfuch.

 

El movimiento es extraño, no por la salida de Hazael, pues hasta parece lógico que deje el cargo después de tantos años de desgaste. Lo raro es que se vaya para integrarse al equipo de Rosa Icela, pues dicen que anunció su salida prácticamente al cuarto para las doce.

 

Curioso resulta también que su reacomodo se haya concretado precisamente cuando dejó de pertenecer a la Secretaría de Gobierno, donde recientemente desembarcó Martí Batres. Dicen que como Reclusorios ha sido caja chica del gobierno, por eso se desincorporó.

 

La administración de esta área ha sido complicada, pues se sabe que durante muchos años desde las cárceles operan las grandes bandas delictivas de la capital, además de que más de un jefe del narco se ha escapado de esos lugares.

 

El 1 de noviembre de 2013, Hazael llegó a esa posición y, a pesar de haber vivido varias tormentas, sobrevivió incluso a la transición del gobierno de Miguel Ángel Mancera al de Sheinbaum.

 

Con este cambio, la secretaria federal de Seguridad Ciudadana por fin se está armando de un equipo propio, pues, a estas alturas del partido, sigue rodeada de gente de su antecesor, Alfonso Durazo.

 

En una de ésas va por el puesto de José Ávila, gente que fue muy cercana a Marcelo Ebrard.

 

Aunque, por otro lado, dicen que la funcionaria se empieza a armar con miras a una posible candidatura a la Jefatura de Gobierno.

 

Rosa Icela niega tener cualquier aspiración y, prueba de ello, es que la movieron de la Secretaría de Gobierno capitalina, primero a Puertos y luego a la Policía Federal, pero todo el mundo tiene claro que es de las consentidas del Presidente.

 

Quienes saben de estos asuntos dicen que si la movieron a la SSC federal fue porque en ese lugar en realidad no se haría cargo de las tareas policiacas, pues para eso están los mandos castrenses; llegó a hacer política.

 

Prueba de ello es que se ha dedicado más tiempo a vacunar que a coordinar a la Guardia Nacional, por ejemplo, que apenas mató a dos inmigrantes centroamericanos en Chiapas.

 

El movimiento de Hazael tuvo que ser acordado con Claudia y, si fue así, se dio con el visto bueno de Palacio Nacional, por lo que Rodríguez debe ser considerada como una de las posibles. 


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