Hasta hace relativamente poco, Roberto Velasco era un desconocido que dependía de su tío, el emecista Cuauhtémoc Velasco, quien en 2012 lo llevó con él a la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal, para que le ayudara en temas de prensa.
Aunque listo, el chavo tuvo un desempeño gris en Donceles, donde no hizo huesos viejos porque el exdiputado Maximiliano Reyes lo presentó con Marcelo Ebrard, a fin de que éste le ayudara en la gestión de una beca para hacer un posgrado en Estados Unidos.
Si bien Reyes no era en ese tiempo muy cercano a Ebrard, sí le fue útil para destrabarle varios temas legislativos en la ALDF, donde el diputado se movía como pez en el agua y era muy cercano entonces a Alejandra Barrales, la presidenta de ese órgano legislativo.
Al principio, Marcelo no estuvo tan convencido de apoyar a Roberto, pues la relación con su tío, en ese tiempo coordinador del Movimiento Ciudadano en Donceles, se fue enfriando hasta el grado de congelarse.
Pero, a final de cuentas, accedió y el chavo hizo realidad su sueño de irse a estudiar unos años a Chicago.
Pasó el tiempo y Ebrard fue perseguido por Miguel Ángel Mancera a causa de la mala construcción de la Línea 12, y se tuvo que autoexiliar durante más de dos años en París y Los Ángeles, para evitar su probable encarcelamiento.
En tanto, Maximiliano Reyes había conseguido un muy buen puesto en un consorcio de la iniciativa privada, pero siguió en contacto con el exjefe de Gobierno, mismo que se fortaleció cuando Marcelo regresó a México y se unió a la campaña de Morena.
Luego de ganar las elecciones de 2018, Reyes dejó su lugar en la iniciativa privada a fin de incorporarse como subsecretario para Centro y Sudamérica en la Secretaría de Relaciones Exteriores, y recomendó a Velasco en Comunicación Social en la dependencia.
Una vez más Marcelo dudó de la recomendación, por el parentesco de Roberto con su tío Cuauhtémoc, pero el chavo ofreció garantías de mantenerse alejado de su pariente, ya que al parecer ya habían roto relaciones y al final fue aceptado.
Ya en la Cancillería se fue ganando la confianza de su jefe, que ayer lo promovió como director general para América del Norte un mega hueso ante la entrada en vigor del T-MEC, ante la probable salida de Jesús Seade, quien busca presidir la Organización Mundial de Comercio.
No es que Velasco tenga gran experiencia en la diplomacia o la economía, pero ha sido leal y con ello Ebrard busca tener a alguien que le arme la agenda de todo lo que le interese de aquellas tierras del norte, a las que el canciller iría muy seguido. Además, si la Subsecretaría para esa zona la convierte en una dirección general, estaría cooperando con la austeridad que pidió el Presidente a sus secretarios.

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