Rebeca Marín
"No me molesta que me digan la dama de hierro... Sobre todo cuando pienso que de otra gente dicen cosas mucho peores", dice Raquel Buenrostro y suelta una carcajada. La jefa del SAT está de buen humor. Los acuerdos con Walmart, Femsa e IBM le han permitido ingresar un total de 17,538 millones de pesos y mandar un mensaje: "vamos por un cambio a fondo en la cultura fiscal. No habrá excepciones, ni negociaciones al margen de la Ley".
Entre los destinatarios de este mensaje, Raquel Buenrostro tiene a los despachos de asesoría fiscal: "Vamos a revisarlos y, en algunos casos, proceder legalmente. Tenemos en la mira a despachos que ofrecen mecanismos de planeación fiscal que termina siendo defraudación fiscal o evasión fiscal... Hay exfuncionarios del SAT que son asesores de esos despachos. Esos asesores traen información privilegiada de auditorías que todavía están vivas... Hay vínculos de corrupción".
La jefa del SAT no dice nombres, pero describe un modus operandi: "tienes, por ejemplo, cinco empresas de un mismo sector que utilizan el mismo esquema de planeación fiscal. El denominador común es que todos tienen el mismo asesor fiscal.
Por lo general, son esquemas muy agresivos y están más allá de la zona de grises: está diseñado para hacer defraudación o evasión fiscal".
"Me desconcierta que los traigan como asesores cuando vienen al SAT. Los despachos los metieron en la bronca y tratan de justificarse con sus clientes diciendo que todo está bien, que es un asunto de criterio... Saben que no es así. La recomendación es que rompan con esos despachos y se ordenen".
"El programa anual de auditorías a los grandes contribuyentes tiene una lista de 1,300. Tomamos la decisión de empezar con un primer grupo de empresas, en las que el análisis del caso ya estaba muy avanzado y que representaban ingresos potenciales muy importantes para el gobierno...".
Son las 15 que mencionó Andrés Manuel López Obrador y podrían significar alrededor de 50,0000 millones de pesos para el gobierno federal, "el tema se planteó en la reunión de finanzas públicas que coordina el Presidente.
Nos queda claro que es un año donde el esfuerzo de recaudación es fundamental, porque hay más necesidades de gasto y un riesgo de menores ingresos fiscales por una caída en la actividad económica... Decidimos enfocar nuestro esfuerzo recaudatorio en las grandes empresas donde estuviéramos más avanzados. Fue una decisión estratégica.
No hay línea política para ir en contra de nadie, pero sí tenemos el apoyo del Presidente para hacer nuestro trabajo y eso cuenta mucho, sobre todo cuando del otro lado están grandes empresas".

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