La Barriada/Martín Aguilar/El CHAIFA

A una semana de haber sido inaugurado el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) o CHAIFA como unos ya le apodaron, el derroche en la ampliación de la base aérea militar de Santa Lucía y la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), es monumental.

 

En ambas obras el costo de inversión significó más de 500 mil millones de pesos, con sólo 1% de conectividad.

 

Más claro: la cancelación del NAÍM representó pérdidas por 350 mil millones de pesos.

 

Por su parte, el costo del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) fue de 125 mil millones de pesos.

 

Además, se estima que para concluir las obras que faltan, más costos adicionales la inversión será de al menos 25 mil millones de pesos.

 

El AIFA tiene considerados solo 12 vuelos; el NAIM, contemplaba mil diarios.

 

Hoy el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México despacha mil 100 vuelos cada 24 horas.

 

La opción del NAÍM tenía como objetivo despresurizar al aeropuerto capitalino, lo que no consiguió en 99% el proyecto de López Obrador.

 

Más aún, 31 líneas aéreas operan en el aeropuerto Benito Juárez, en tanto el Felipe Ángeles, solo cuenta con cuatro líneas nacionales y una venezolana.

 

El AIFA carece de estudios de aeronáutica MITRE que sí los tenía el NAIM; tampoco cuenta con certificaciones internacionales, en tanto que el de Texcoco, tenía 16 certificaciones.

 

Otro error monumental es que el NAIM sería autofinanciable, pues se pagaría con bonos bursátiles, y el AIFA salía de los impuestos de los mexicanos.

 

El de Texcoco consideraba transportar 124 millones de pasajeros al año, en tanto el de Santa Lucía, sólo 85 millones, pero hasta el 2050, es decir dentro de 28 años.

 

La proyección es que el AIFA sólo transporte 2.4 millones de pasajeros este 2022. Tendrá que ser subsidiado hasta 2026 y tardará en pagar 30 años.

 

A todo lo anterior se suman imponderables como falta de accesos, vialidades, conexiones y obras complementarias como restaurantes y hoteles.

 

En este espacio se publicó que el AIFA fue construido en medio de una total opacidad por mandos militares, cuyos contratos se adjudicaron de manera directa en el 100%.

 

Más tarde, el arquitecto del NAÍM, Norman Foster tenía en su currículum siete aeropuertos; y el del AIFA, Francisco González, cero y fue modificado por el Ejército mexicano.

 

En resumidas cuentas, la presumida y emblemática obra de Santa Lucía, no resolvió la saturación aeroportuaria de la Ciudad de México.


Publicar un comentario

0 Comentarios

Soratemplates is a blogger resources site is a provider of high quality blogger template with premium looking layout and robust design