Martín Aguilar
De rodillas, en bicicleta, caminando o corriendo en relevos desde Puebla y Tlaxcala, así arriban miles de peregrinos a la Basílica de Guadalupe, en la alcaldía Gustavo A. Madero de la Ciudad de México.
Al corte de las 20:00 horas de este jueves ya suman 8 millones de feligreses en el recinto religioso. El año pasado el Gobierno capitalino registró una asistencia de 12.3 millones de peregrinos entre el 6 y el 12 de diciembre.
La Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, dio la bienvenida a las peregrinas y peregrinos que continúan arribando a la capital para visitar a la Virgen de Guadalupe.
Desde la Calzada Ignacio Zaragoza, a la altura de Canal de San Juan, la mandataria encabezó la entrega de 800 cobijas para arropar a quienes siguen su trayecto rumbo al recinto guadalupano.
Además del cobijo, se distribuyeron raciones de comida caliente, tamales y café, con el propósito de que los visitantes recuperaran fuerzas y continuaran su camino en mejores condiciones.
Durante la entrega y dispersión de apoyos, Brugada Molina reiteró el llamado a la ciudadanía para mantener una actitud solidaria con las y los peregrinos que cruzan la ciudad en estos días previos al 12 de diciembre.
Estamos recibiendo a los peregrinos, seamos solidarios con los peregrinos que llegan a esta gran ciudad hospitalaria, que recibe a todos con los brazos abiertos. ¡Que vivan los peregrinos!,Clara Brugada
La acompañaron la alcaldesa de Iztacalco, Lourdes Paz; las secretarias de Bienestar e Igualdad Social, Araceli Damián; de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes, Nelly Antonia Juárez; de Salud, Nadine Gasman; del Trabajo y Fomento al Empleo, Inés González; así como el coordinador del C5, Salvador Guerrero.
Algunos viajan solos y otros en caravanas de hasta 200 personas, impulsados por la fe y la esperanza de que la bendición de la Morenita del Tepeyac les traiga un mejor año. Cientos avanzan con mochilas y cobijas a cuestas para pasar la noche a los pies del recinto mariano.
Al lugar también acudieron grupos de mariachis que, entre aplausos y lágrimas, le cantaron las tradicionales mañanitas a la Virgen. Muchos feligreses ingresaron al templo de rodillas para cumplir mandas que, en algunos casos, guardan desde hace años. Así pagan, dicen, los favores recibidos.
La mayoría porta una imagen de la Virgen: figuras de bulto, cuadros o camisetas que muestran en señal de agradecimiento por los milagros que aseguran haber vivido.
Familias completas formaron auténticos ríos humanos que cubrieron por completo la explanada del recinto. Otros llegaron con casas de campaña para pernoctar y cantarle a la Guadalupana al amanecer.
No faltó la romería: veladoras, medallas, cuadros, figuras religiosas, comida y bebidas que acompañaron la celebración.
En toda la zona se desplegó un amplio operativo de seguridad con policías capitalinos, personal de la alcaldía Gustavo A. Madero y el sobrevuelo de helicópteros del agrupamiento Cóndores de la Secretaría de Seguridad Ciudadana para resguardar a los miles de fieles.
La fe por la Virgen de Guadalupe surgió en México el 12 de diciembre de 1531, cuando la leyenda dice que esta virgen morena se le apareció al indígena Juan Diego, quien fue canonizado en 2002 por el papa Juan Pablo II, en el Cerro del Tepeyac, a cuyos pies se ubica actualmente la basílica.
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