El camino para concretar reformas legislativas a favor de los derechos de las mujeres ha sido largo. Las organizaciones feministas, sufragistas y de movimientos de mujeres en su lucha para eliminar la violencia contra las mujeres izaron sus plataformas y agendas ante los hombres del poder, todas exigiendo ser tomadas en cuenta como personas. Cada avance ha sido una hazaña.
La lista de pendientes sigue motivando ímpetus sin descanso de centenas de miles de mujeres de las organizaciones de la sociedad civil en todo el mundo. Hoy en sociedades fundamentalistas las niñas no van a la escuela y las mujeres llevan velos que les cubren todo el cuerpo y la cara. No pueden salir de su casa si no va un hombre adulto con ellas.
El matrimonio forzado de niñas con hombres adultos es una práctica criminal que no se ha erradicado, porque los hombres en el poder no quieren.
Todos los días comprobamos en México que, aún habiéndose concretado leyes trascendentales para garantizar la presencia paritaria de mujeres y hombres en los cargos de poder y de decisión, y legislación para prevenir, sancionar, y eliminar la violencia contra las mujeres, a partir de identificar que el predominio de un sexo sobre el otro es la causa de la discriminación de las mujeres y constituye una violación a los derechos humanos de las mujeres, aún con este marco jurídico, se sigue violentando y asesinando a las mujeres por serlo.
Y nada causa tanto enojo como constatar la burla y las actitudes machistas de tipos envalentonados, quienes ocupan precisamente cargos en el Poder Legislativo, como lo hemos visto tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.
Cuauhtémoc Blanco se pavonea desde su cargo de diputado porque sus propias compañeras le obsequiaron en coro que no está solo y su partido lo protegió cuando fue acusado de violación por su media hermana. Apenas nuevamente se burló de la diputada del PT Aracely Cruz, quien desde la tribuna en la conmemoración del Día de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, le señala la incongruencia de que siga ostentando su curul. ¿Y sus colegas de Morena? Calladas.
Y qué decir del otro tipo que ocupa una senaduría, quien con toda perversidad y malicia acusa de ambiciosa y fascista a Grecia Quiroz, viuda de Carlos Manzo recientemente asesinado. Fernández Noroña sin escrúpulos ofende y revictimiza a quién está en duelo, y como ella lo ha dicho, tampoco tiene seguridad de que no pueda sufrir ella misma, alguna agresión.
Por lo pronto, los medios de comunicación del Senado, por primera vez en la historia parlamentaria, no asistieron a la conferencia que este senador convocó. La animadversión por su falta de decoro, ya no puede ocultarse.
Pero, ¿y dónde están las feministas de Morena? Las legisladoras ocupan la mitad de las curules; sin embargo, es increíble que hayan olvidado su propia historia y el proceso histórico para estar ahí. Porque es inaceptable que concedan a estos impresentables un silencio cómplice, sólo porque son de su partido.
La presidenta Sheinbaum le dice a Noroña que sea sensible y respete a Grecia Quiroz, porque acaba de perder a su esposo; la verdad no lo perdió, lo asesinaron frente a su familia en un evento social del municipio. La verdad es que el debate no debe confundirse con infamias desvergonzadas e inmorales, con proteger a estos impresentables que dan la nota, justo cuando se conmemora el 25N. Increíble.
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