Empoderada por su estilo de desafiar un día sí y otro también a todo lo que huela a 4T, desde el Presidente hasta la jefa de Gobierno, Cuevas ha logrado posesionarse como una de las favoritas de los críticos de Morena.
Su estilo muy echado para adelante le ha ganado lo mismo odio que simpatías, pero nadie puede negar que donde se para no pasa desapercibida, y que tiene una bien ganada fama de mujer entrona, que no se doblega ante nada.
Todo eso está muy bien, solamente que a estas alturas del partido no sólo es una preocupación para la 4T, sino también para la alianza opositora, pues dudan que alguien pueda controlarla.
Y es que Sandra fue propuesta del desaparecido Leonel Luna, en complicidad con Ricardo Monreal —a quien reporta— para cerrarle el paso a Lola Padierna y René Bejarano en la Cuauhtémoc.
Nadie creía en ella, pero con el apoyo del PRI, PAN y PRD le dio hasta con la cubeta a los morenistas, y de ahí se fue empedrando, hasta ser hoy una de las más populares.
El tema es que, durante su comparecencia del miércoles pasado en el Congreso de la Ciudad de México, la alcaldesa no correspondió a la cortesía de su partido, que la procuró y operó para cobijarla durante el evento.
Parte por esa protección, y parte porque ya adquirió tablas, la alcaldesa salió bien librada; el resbalón vino posterior al evento, cuando los reporteros le preguntaron acerca de sus favoritos para la Jefatura de Gobierno en 2024.
Sin dudarlo ni un segundo, señaló al panista Santiago Taboada y al priista Adrián Rubalcava. Dijo que cualquiera de ellos dos le gustarían y que ella apoyará la decisión que sobre ellos tome la alianza opositora.
La cosa es que estaba presente el coordinador del PRD, Víctor Hugo Lobo, quien públicamente ha manifestado que le interesa competir por el lugar que hoy ocupa Sheinbaum, y ni por cortesía lo mencionó, a pesar de que representa al partido que la postuló en 2021.
Cuevas no se ha dado cuenta del alacrancito que se acaba de echar al zapato, pues luego de ese desprecio, seguramente, Lobo operará en la alianza para que a Sandra no le den ni los buenos días en las próximas elecciones.
No solamente por si se quisiera reelegir como alcaldesa —aunque hace un tiempo dijo que no—, porque tendría que obtener el aval del PRD, pues necesitaría que la postulara el mismo partido por el que llegó al poder.
De cualquier otra candidatura, al menos por el lado del sol azteca, pues ni soñarlo.
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