Martín Aguilar
El fin de una era se dio en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), al haber realizado las actuales 10 personas ministras la última sesión pública extraordinaria del pleno que dio lugar a que, antes de iniciar con el trabajo y sacar los pendientes, se les aplaudiera por parte de los trabajadores de ese Poder Judicial federal cuando pasaban por los pasillos, a excepción de Lenia Batres.
Comienza la cuenta regresiva para que tomen protesta el próximo 1° de septiembre, en una nueva etapa de la SCJN, seis personas como ministras entrantes tal es el caso del que será presidente Hugo Aguilar Ortiz, además de la ratificación en ese cargo de tres mujeres, luego de la elección del 1° de junio que tuvo lugar en todo el país.
Afuera del inmueble que ocupa toda una manzana, en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, con su fachada principal sobre la calle de José María Pino Suarez, se apreciaron esos plantones permanentes con uno que otro manifestante espontáneo que, a través de cartulinas demandaban: "No a la dictadura", en tanto que en otro se leía: "Anulación de la elección es la solución".
Ya bajaron la cortina los ministros y sólo esperan llegue el día 26 de agosto para que se presenten los informes de labores tanto del pleno como de las Salas Primera y Segunda, lo que es mero trámite.
Antes de dar por concluida la sesión extraordinaria con un golpe final por su parte al mallete, en la que resolvieron juicios sobre la validez de las elecciones de dos magistrados de la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), la ministra presidenta de la SCJN, Norma Lucía Piña Hernández, se permitió leer un discurso de despedida dirigiéndose en primera instancia con sus nombres en orden alfabético a sus compañeros y compañeras, Margarita Ríos Farjat, Juan Luis González Alcántara Carrancá, Javier Leynez Potisek, Alberto Pérez Dayán, Jorge Mario Pardo Rebolledo y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
También nombró a las ministras Lenia Batres Guadarrama, Yasmín Esquivel Mossa y Loretta Ortiz Ahlf, quienes continuarán en el cargo al haber sido elegidas en las pasadas elecciones con un porcentaje de votos, en ese orden respectivo, de 4.9, 4.5 y 4.2. Es de destacar que de los 11 ya nada más estaban en funciones 10, debido a que el 30 de noviembre de 2024 dejó el cargo Luis María Aguilar Morales.
A partir de septiembre la Suprema Corte estará constituida por nueve personas ministras, además de Aguilar Ortiz que obtuvo el porcentaje más alto de la votación con 5.2 y las tres mujeres en mención, rendirán protesta al cargo María Estela Ríos que en la elección judicial alcanzó 4.0, Giovanni Azael Figueroa Mejía un 3.1, Irving Espinosa Betanzo 3.0, Arístides Rodrigo Guerrero García 3.0 y Sarah Irene Herrerías 2.7 por ciento.
Momentos antes de llegar al salón de sesiones, los ministros fueron recibidos entre aplausos de sus colaboradores y empleados de la SCJN, quienes hicieron valla para atestiguar su paso, por última vez para resolver asuntos, sin que tuviera el honor de que le tocara a Lenia Bartres.
Piña Hernández, en su discurso, que al final provocó los aplausos espontáneos de las personas que se congregaron en el salón de sesiones y de sus propios compañeros, a excepción de Batres, sostuvo será la sociedad y la historia misma las que juzgarán a quienes han juzgado.
Al cerrar toda una historia de 30 años de trabajos del órgano que es cabeza a nivel nacional del Poder Judicial, sentenció que la justicia no es una obra concluida, sino una construcción viva que trasciende a las personas.
Luego de que en la última sesión con carácter de extraordinaria, debido a que en la del 12 de agosto pasado no lograron acuerdos, se rechazaron las impugnaciones contra las elecciones de dos magistrados de la sala superior del TEPJF, con lo que queda firme la designación de Gilberto de Guzmán Bátiz y Claudia Valle Aguilasocho, la ministra presidenta declaró que "al levantar esta sesión, culmina un ciclo fundamental de la vida pública mexicana que inició hace poco más de 30 años".
Fue inevitable que su voz se entrecortara y continuó: "esta historia se ha escrito con debates intensos, disensos fecundos y consensos que, lejos de aplacar la diversidad, han fortalecido el núcleo de nuestra democracia. Este instante, cargado de memoria, de futuro, es un recordatorio de que la justicia no es una obra concluida, sino una construcción viva que nos trasciende; hoy, más que nunca, resulta imperativo reconocer el papel histórico de este Tribunal constitucional".
Se trató de una sesión final de apenas hora y media, en la que los presentes esperaban terminara para escuchar cómo concluía y ver en qué momento hacía sonar el mallete Norma Piña, quien agradeció uno a uno a los ministros su trabajo, con una Lenia Batres que se abstuvo a aplaudir, con lo que reafirmó su animadversión a su par.
La ministra presidenta, en su última intervención dijo que el mensaje iba cargado de reflexión institucional y reconocimiento a quienes integraron y sostuvieron el trabajo del tribunal constitucional y que la Suprema Corte no es solo un órgano del Estado.
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