La semana pasada se anunció a Alejandra Barrales como una de las propuestas de Movimiento Ciudadano para disputar una candidatura a senadora de la República por la CDMX, cargo que ya ocupó en 2012 por el PRD.
La exlideresa del sindicato de sobrecargos fue candidata perdedora en 2018 contra Claudia Sheinbaum por la Jefatura de Gobierno de la capital, tras lo cual desapareció del espectro político.
Casi seis años después regresa como una de las aspirantes de los naranjas a la Cámara alta, pero no llega sola, pues su hermano Esteban Barrales está anotado en la lista de aspirantes a una diputación local, también por MC.
Si bien Alejandra es un personaje reconocido en la capital del país, muchos se preguntan cuáles son sus méritos como para que los capitalinos pudieran apoyarla en su regreso a la escena política.
Y más aún, acompañando a Salomón Chertorivski en su intento por ser jefe de Gobierno por el mismo partido, pues hay que recordar que en 2018 Barrales lo desplazó de la candidatura del PRD, que finalmente perdió.
Ya en 2012 Alejandra había intentado ser jefa de Gobierno del entonces DF y, a pesar de haber hecho un buen trabajo para Marcelo Ebrard desde la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa, fue desplazada por Miguel Ángel Mancera.
El golpe para la extrabajadora del aire no solamente fue político, sino también personal, pues había sostenido un romance con el exprocurador capitalino, quien al final le ganó la encuesta perredista por la candidatura, con la bendición de Ebrard.
Después, tras su derrota en 2018 ante Sheinbaum, Barrales bajó su perfil y se dice que llegó a un acuerdo con la ganadora para evitar toda persecución, a cambio de auto exiliarse del país.
Entonces Alejandra explotó su faceta de empresaria —poco conocida por la mayoría—, y se trasladó a Estados Unidos para fundar algunas empresas, aunque el origen del capital jamás quedó claro.
Fue muy comentado que, en su etapa como candidata en la CDMX, la hoy candidata naranja al Senado operó una empresa de transportes con el apoyo del michoacano Silvano Aureoles, que el SAT tuvo en la mira por presuntas irregularidades.
Tras ver perdido al PRD, partido que le dio todo, Barrales voltea hacia MC, ya que como candidata de la alianza PAN, PRD y los naranjas, estrechó relaciones con Dante Delgado, mandamás del partido fosfo.
Como optó por desaparecer un tiempo, envió a su exasistente Royfid Torres a presidir ese partido en la capital, pero dicen que se distanciaron cuando él obtuvo la diputación local —que aún ostenta— y decidió cambiar de jefe.
De regreso a la capital del país, ahora como exitosa empresaria, Alejandra retoma su carrera política y quiere ser senadora, aunque muchos se pregunten ¿a costa de qué?, pues nada aporta al partido.
Pero no llega sola, sino con su hermano Esteban y su experiencia política Alejandra Puente como candidatos a una curul.
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