Rebeca Marín
Debido al cambio climático y la sequía, la agricultura tiene que entrar a un proceso de adaptación, por lo que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) propone a los productores un programa de reconversión productiva, que incluya oleaginosas como ajonjolí, cártamo y soya, cultivos con menor requerimiento de agua, donde México es deficitario.
En entrevista, el secretario de Agricultura, Víctor Villalobos Arámbula, reconoció que la disponibilidad de agua ya es un tema, por lo que es un proceso que los agricultores tendrán que ir migrando de los cultivos tradicionales, que son trigo y maíz, hacia cultivos de menos demanda de agua y que tengan un buen mercado".
Asimismo, reconoció que en el tema del frijol, que en las últimas semanas ha repuntado su precio, reconoció: "tenemos una cosecha mermada por el retraso de lluvias, particularmente en Durango y Zacatecas, y este año posiblemente la producción llegará a 800 mil toneladas, pero el año pasado fue de un millón 150 mil toneladas, con lo cual se garantiza el abasto del consumo nacional.
Resaltó: "el año pasado fuimos autosuficientes y tuvimos un margen de producción en frijol que fue almacenado y que hoy complementará este déficit, porque no se pudo sembrar como el en 2022", indicó.
En el caso del maíz, el funcionario federal afirmó que hubo buena producción, "tuvimos demasiada en Sinaloa y eso generó un tema de mercado. Tenemos autosuficiencia para consumo humano y como siempre ha venido ocurriendo importamos maíz para la actividad pecuaria".
Sobre el caso de agua, cada vez, vamos a tener menos disponibilidad del líquido y mayor incertidumbre respecto a la precipitación pluvial, por lo que la reconversión y uso de materiales que tienen más tolerancia al agua es parte de la discusión.
En el marco de la inauguración de la Romería Flor de Cempasúchil 2023, en el Palacio de la Flor, en la alcaldía Xochimilco, Villalolobos Arámbula, resaltó que la población crece y el cambio climático es una realidad, por lo que "estamos insistiendo con los productores en un programa de reconversión productiva, buscar cultivos que requieran menos agua y tenga ciclos más cortos, que podamos tener cosechas con la disponibilidad de agua (existente), ya sea de lluvia o riego.
Explicó que podemos seguir utilizando cinco o siete riegos en maíz cuando el recurso agua es cada vez más limitado y, por ejemplo, la cebada maltera requiere de tres o cuatro cuando mucho y, además, podemos sacar una buena cosecha y a buen precio, porque existe una demanda manifiesta de la industria cervecera.
También se puede sembrar garbanzo que tiene una gran demanda, sobre todo en países árabes; hoy tenemos producción de Sonora o Baja California, pero todo lo que se produzca tiene mercado.
En ajonjolí los costos de producción por hectárea pueden ser más altos que en maíz, pero su precio por tonelada supera por mucho a la de este último.
El titular de la SADER comentó que los agricultores deben empezar a adaptarse a los nuevos cultivos, por lo que tiene que haber un proceso de capacitación, que entiendan que no es lo mismo sembrar cártamo o ajonjolí que maíz.
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