Que Martí Batres y su banda tienen metidas manos y pies en el proceso de Morena en favor de Clara Marina Brugada, todo mundo lo sabe, pero que hasta su esposa esté operando con gente del espectáculo para que le echen la mano, rebasa las expectativas.
La semana pasada, en una casa de la zona Lomas-Polanco, hubo una reunión organizada por Daniela Cordero con conocidos influencers —como Edysmol, el Gurú de la Moda— para ver cómo podían ayudar desde las redes a Clarita.
La anfitriona de la reunión fue la empresaria Delia González, quien tiene simpatía por la alcaldesa de Iztapalapa; no es la primera vez que la promueve con sus colegas de las cámaras empresariales.
Casualmente ayer Maxine Woodside, conductora de un programa de espectáculos en radio, comentó de la nada una entrevista que Milenio le hizo a Batres, y dijo estar gratamente sorprendida de lo buen político que es.
También chuleó a Daniela Cordero, de quien dijo que es muy linda y que se llama como su sobrina, la hija de su hermana y Joaquín Cordero. En ese programa no se habla de política, sino de chismes del espectáculo; ayer hicieron una excepción.
No es la primera vez que sale a la luz la esposa de Batres, quien despacha en una oficina junto a la Jefatura de Gobierno, y la gente de Morena la identifica como activista en favor de Brugada y en contra de Omar Hamid García Harfuch.
Aunado a ello, está el video que el hijo mayor del Presidente subió a sus redes, diciendo que su familia había amanecido el domingo con ganas de ver dinosaurios, y los llevó a una de las llamadas Utopías en Iztapalapa, donde se sorprendieron por lo bonitas que están.
Le dedicó un mensaje a Clara y le reconoció su trabajo en beneficio de la comunidad de esa zona; cada grupo interpretó el hecho como quiso.
Eso coincidió con el ordenamiento del INE para obligar a los partidos a postular mujeres en cinco de las nueve entidades que estarán en disputa en 2024, que por supuesto incluye la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
Claro que es facultad del órgano electoral velar por los derechos electorales de los ciudadanos, pero qué puntería sacar el tema justo cuando la 4T discute si en la CDMX va con hombre o con mujer.
Cuando lo que hay es una tremenda revuelta en Morena por la Jefatura de Gobierno, donde se están tirando a matar. Por un lado están quienes quieren a García Harfuch, propuesta de Claudia Sheinbaum; por el otro, la banda de los puros que impulsa a Brugada.
Al principio todos pensaban que el bueno era Omar Hamid, ya que supuestamente la nueva dueña del bastón de mando llevaría la voz cantante, y que lo de Clarita era sólo una pataleta para encarecer la negociación; ya no.
Por eso Claudia quería que Rosa Icela Rodríguez, y no Martí, la sustituye en el gobierno de la capital; temía la traición que finalmente ocurrió.
Pero en política no hay casualidades, y como en Palacio Nacional dejan que brillan las lanzas, muchos lo interpretan como luz verde a la rebelión contra la corcholata mayor.
0 Comentarios