Por todas las alcaldías de la Ciudad de México se ven paredes pintadas de blanco con la leyenda en rojo: "El bueno es Harfuch", y volantes impresos por los dos lados. En uno destacan sus números como policía y, por el otro, su cercanía con Claudia Sheinbaum, que aparece a su lado.
Aquí no hay imágenes con Andrés Manuel López Obrador, como estilan todos los candidatos —incluyendo a la propia Sheinbaum— y todo su currículum se remite a que fue un buen secretario de Seguridad Ciudadana y que es honesto.
Del bando contrario, Clara Marina aprieta su estrategia para hacerse pasar como una candidata que hace clic con las clases medias, y difundió un desplegado firmado por varios artistas y personajes cercanos al Presidente, quienes le manifiestan su apoyo.
La batalla no será fácil para ninguno de los aspirantes; si por un lado Omar Hamid tiene el apoyo de la corcholata presidencial, por el otro tiene de enemigos a los históricos del partido, que abiertamente están con Brugada.
En un par de semanas, Morena estará levantando la encuesta madre para definir la candidatura para 2024, y ahí es donde se dirimirán las diferencias.
Los seguidores de García Harfuch confían en que Sheinbaum mantenga el control del proceso a través de Mario Delgado y Sebastián El Sebas Ramírez, dirigentes nacional y local del partido, y que le apliquen a Clara La Marcelinha, para dejarla fuera.
El fraude contra Marcelo Ebrard no se realizó a través de las casas encuestadoras, sino que semanas antes el equipo de Sheinbaum sabía con exactitud qué secciones distritales iban a ser encuestadas, y se adelantó a la promoción de la exjefa de Gobierno.
Si los claudistas confían en que podrán repetir el truco sin problema, deberían considerar que del otro lado no están mancos, y que si Delgado apoya la propuesta de que sea Omar Hamid, Citlalli Hernández, la secretaria general de Morena, está con todo a favor de Clara.
Por supuesto que la opinión de Claudia debe pesar, y mucho, pero ya se vio que los puros o radicales no le tienen miedo y que no se van a doblegar tan fácil. Y como los órganos internos del partido están tomados por los históricos, el desgreñe va a estar de película.
La llama sube y la lumbre empieza a llegar a los aparejos.
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